No voy a mentir. No fue fácil levantarse de las caídas, hubo momentos en los que dudé de seguir.. pero había algo que me impulsaba a seguir, tal vez sea el deseo de conseguir este amor, o tal vez haya sido que yo muy en el fondo sentía que las conclusiones iban a ser buenas. Hubo otro gran tropezón, & fue ahí cuando de verdad tuve que elegir: ¿lucho, o me rindo?
"No está vencido quien pelea", me dije. "Un tropezón no es caída." ¿Pero que pasaba si la caída dolía tanto? No podía evitar sentir miedo de que todo fuera en vano, de que tanto dolor no deje más que tristes recuerdos. Entonces fue que descubrí que si seguía pensando en mis miedos, jamás avanzaría. Dejé atrás todos mis miedos, & seguí.
¿Saben que es lo más hermoso de todo? Lo conseguí. Lo enamoré. Lo hice quererme. Me quiere, como yo lo quiero a él. ¿Diganme si esa no es la sensación más hermosa de todas; la satisfacción del éxito?
Aunque haya ganado la gran batalla, todavía adentro mío queda una última pelea: lo quiero mucho, sí. Pero creo que empecé a amarlo.
Así es, nuevas dudas, nuevos miedos. ¿& qué si él no me ama, si no me corresponde? De nuevo siento la obligación de recordarme a mí misma que no tengo que tener miedo, porque no por miedo a errar voy a dejar de luchar, porque si pienso así sé que no podré seguir. Esperaré. Es lo que desde un principio hice & lo que mejor se hacer. Esperaré a que él sepa realmente si me ama de verdad, si es que siente lo mismo que yo.
No sé que es exactamente esto que siento, sólo sé que no debo tener miedo & que no voy a dejar de luchar, porque que me ame, es mi mayor deseo.