Aprendí que quién no te busca, no te extraña, y quién no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las palabras, el tiempo, y las oportunidades.

15 de febrero de 2011

Un nuevo debate interno, para variar.

Me siento verdaderamente perdida, como al borde del muelle, decidiendo si arrojarme o no al mar. Siento ese dilema interno torturándome, esas dos partes de mí que quieren cosas opuestas, que se las arreglan perfectamente para hacerme devanar los cesos en busca de respuestas, midiendo todo sabiendo que una vez tomada la decisión, no hay marcha atrás.
Una parte de mí intenta convencerme de que no debo, de que en realidad no es lo que quiero y que por un capricho perdería más de lo que pensaba.. La parte inteligente de mí, si es que tenemos que definirla. La parte que todavía puede pensar, mi mente sabe que es lo mejor para mí y me lo grita,  me lo hecha en cara a cada segundo; pero a veces, la otra parte es más fuerte.

La otra parte de mí, mi cuerpo, que es el más incontrolable siempre, me dice HACELO. Me dice que tengo que hacerlo. Es la parte del instinto, la parte que se deja llevar por el deseo, esa parte de mí que no quiere saber los problemas que traería, no ve las consecuencias, y no quiere verlas. Esa parte que simplemente quiere dejarse llevar, quiere que la cabeza SE CALLE y deje de molestar.

Tengo un debate interno, lo que quiero y lo que deseo, dos cosas totalmente distintas que siguen caminos opuestos; ya no sé ni qué pensar, ni que sentir. Necesito con urgencia ayuda, no puedo seguir así. Tengo que poner en claro mis ideas, y tratar de reflexionar todo, pero AAAAAI, ¡cuesta!

Sentite orgulloso, de nuevo pudiste hacer que pierda la cabeza.