Eres tú esa hermosa luz que guía mi vida, eres tu mi renacimiento y mi salvación.
Gracias Señor por cada suceso de mi vida, por cada piedra y cada puente en mi camino.
Gracias por cada nuevo día y cada noche, gracias por las personas que pasan por mi vida.
Gracias por hacerme como soy, con mis defectos y mis virtudes.
Gracias por mis amigos y mis amigas, que son o que lo fueron.
Gracias por los momentos de felicidad y de tristeza, de enojo y de bronca.
Gracias por traerme nuevas enseñanzas, por superarme a mí misma día a día.
Gracias por acompañarme en mi camino.
Gracias por dejarme conocerte y conocerme, conocernos.
Gracias por mi existencia, y la de cada una de las personas que amo.
Gracias, simplemente gracias Señor, por todo lo que me das y me diste.
Tu hija te ama, con todo su corazón.