Aprendí que quién no te busca, no te extraña, y quién no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las palabras, el tiempo, y las oportunidades.

14 de marzo de 2011

Al fin y al cabo uno se esfuerza por ser perfecto para esa persona. Cambia, intenta ver la vida de otra forma, se acostumbra a esperar. Uno deja todo lo demás de lado, todo pasa a un segundo plano. Empieza a ver todo con otros ojos y a relacionarlo, empieza a encontrarle un sentido a la vida. Y todo eso.. ¿para qué? Para que después venga y te diga que no te quiere. ¿Qué hacer con eso, en ese momento? Te deja en el aire y sin respirar. Se te cae el universo arriba y te sentís una hormiga enfrentándose a un cañónTe sentís como un juguete de un niño que ya creció, que se cansó de usarte y te tiró. Te destroza. Te largás a llorar, no dormís, vas como zombi al colegio con ojeras que no te dejan ver, seguis llorando, contás lo que te pasó, los demás te ayudan, obvio, pero nada es suficiente. Es que.. ¿qué hacer cuando la persona que te hace llorar, es la única capaz de consolarte? Irlo a buscar dirán ustedes, si, pero ¿qué pasa cuando esa persona que te hace llorar y es la única capaz de consolarte no quiere volver?
 
Cuando lo termine de superar les cuento..

Ella se siente como yo.