Aprendí que quién no te busca, no te extraña, y quién no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las palabras, el tiempo, y las oportunidades.

1 de marzo de 2011

No hay nada más torturante
que cargar con la infelicidad ajena, que vivir con la culpa de un desencuentro, 
sintiéndote un motivo de sufrimiento, de despedidas para alguien más..
No hay nada peor que ver llorar a alguien, sentir que tomaste algo que no te pertenecía, sin permiso, sin avisar, sin preguntar.. Que lo incorporaste en tu vida y lo arrebataste de la de alguien más.
Que las lágrimas de alguien tienen tu nombre grabado, tu nombre y el de él. Que el fracaso ajeno se deba en parte a vos.
No hay nada peor que ver como alguien poco a poco se muere de amor, y no poder hacer nada, aún peor, ser un motivo de ese dolor.
No hay nada peor que sentir una mierda por provocar cosas que no quisiste, por ser un accidente y un acontecimiento inesperado, por anular la felicidad de esa persona que era feliz.

Y la parte más triste es saber que no tenés perdón, que por más que intentes lo que intentes, las cosas ya no van a cambiar, y no podés hacer nada por devolverle a esa persona aunque sea un poco de lo que le sacaste.