Un día te darás cuenta de que por más que intentes, jamás serás feliz. No si permaneces así.
Entonces cuando descubras que llorando sentado en la arena, no encontrarás la felicidad, corre hacia el mar. Corre y no te detengas por nada, no importa si duele lo que dejas atrás, verás que lo que encontrarás delante será mucho mejor.
Persigue tus sueños, sueña que los alcanzas. Atrápalos, nos los sueltes, y nunca olvides que si lo deseas con todas tus fuerzas, puede hacerse realidad.