Aprendí que quién no te busca, no te extraña, y quién no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las palabras, el tiempo, y las oportunidades.

29 de agosto de 2011

Así no quiero seguir.

Estoy como cuando no tenés ganas de nada, cuando querés todo y nada a la vez. Cuando sabés que podés, pero hay algo que te impide intentar. Es una de esas veces en las que tenés ganas de sentarte y escribir, escuchando música triste, así olvidándote de que el mundo, mientras vos te parás a llorar, sigue girando. El mundo no espera a que te levantes y sigas, no. El mundo gira, las personas miran y ríen, algunas paran a ayudarte, pero esas son contadas. Hoy estoy en uno de esos días en los que te ponés a pensar qué cosas valen realmente la pena, y cuales no. Hoy no vale la pena estar mal, eso es algo sin sentido. Pero, ¿cómo dejar de estarlo? Hay maneras, formas. Muchos dicen que hay dos maneras de vivir: una es hacerse el idiota, la otra es serlo. Hoy quiero ser idiota, quiero vivir sólo de mi mundo, de mi gente y nadie más. ¿Es egoísta? ¿Es tonto? No sé. Yo sé que me cansé de que la gente que no sabe nada, de esa que cuando estás tirado y no podés más se ríe, y que cuando te levantás viene corriendo a vos. Hoy quiero estar con la gente que está conmigo siempre, quiero que me importen ellos y nadie más. Confiaré solo en las personas que tenga que confiar, no tengo nada más que hacer; fui juguete una vez, dos no.