Al fin y al cabo uno se esfuerza por ser perfecto para esa persona. Cambia, intenta ver la vida de otra forma, se acostumbra a esperar. Uno deja todo lo demás de lado, todo pasa a un segundo plano. Empieza a ver todo con otros ojos y a relacionarlo, empieza a encontrarle un sentido a la vida. Y todo eso.. ¿para qué? Para que después venga y te diga que no te quiere. ¿Qué hacer con eso, en ese momento? Te deja en el aire y sin respirar. Se te cae el universo arriba y te sentís una hormiga enfrentándose a un cañón. Te sentís como un juguete de un niño que ya creció, que se cansó de usarte y te tiró. Te destroza. Te largás a llorar, no dormís, vas como zombi al colegio con ojeras que no te dejan ver, seguis llorando, contás lo que te pasó, los demás te ayudan, obvio, pero nada es suficiente. Es que.. ¿qué hacer cuando la persona que te hace llorar, es la única capaz de consolarte? Irlo a buscar dirán ustedes, si, pero ¿qué pasa cuando esa persona que te hace llorar y es la única capaz de consolarte no quiere volver?