Aprendí que quién no te busca, no te extraña, y quién no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez, y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan jamás: las palabras, el tiempo, y las oportunidades.

10 de mayo de 2012

- tú puedes seguir, mientras yo no me la acabo, me dejaste sola y destrozada.-

Es increíble cómo una persona puede hacerte tanto tanto mal, y vos después de todo podés seguir amándolo con la misma intensidad del primer día. Cómo podés recordar segundo a segundo cada minuto con él, cada centímetro de su piel, cada uno de sus besos. Cómo podés recordar su aroma, su risa, su voz, el tacto de su piel. No olvidás nada, y en el segundo en que notás que tu mente está llena de sus imágenes querés tocar un botón y que todo DESAPAREZCA. Te gustaría que alguien llegue y con un buen sacudón te haga olvidarte de todo, todo lo que pasaron juntos, todo lo que llegó a hacerte sentir. Llega un momento en el que el tiempo empieza a hacer efecto, y después de ya no hablarle, no verlo, no saber de él, llegás a creer por un momento que lo borraste de tu mente.
Pero entonces lo ves. Te lo cruzás, vas a buscarlo, él viene, no importa cómo, pero lo ves. En ese mismo segundo en el que por dentro maldecís mil veces su nombre, a su madre por haberlo creado, a la persona que lo puso en tu vida, empezás a sentir cómo bombea la sangre en tu pecho, cómo el corazón se empieza a acelerar.. cómo de a poco se te va cortando la respiración, se te hace un nudo en el estómago y se te cierra la garganta. Empezás a sentir las lágrimas acumulándose detrás de los párpados. Las manos te tiemblan, no podés ver a nadie más que a él. Y entonces te das cuenta de que no podés, no delante de él. Cerrás los ojos, respirás profundo y tratás de calmarte, de pensar en otra cosa. "Sólo está parado ahí, nada más.." Te metés en la cabeza que no te importa que esté ahí, que no te afecta, que si todo este tiempo pudiste estar bien no podés caer ahora. Te das cuenta de que estás quedando como una tonta y hacés de cuenta que no lo ves, lo saludás como si no te importara que existe y que esté parado a tan pocos centímetros tuyos. Le hablás con una sonrisa a él, a los que están a su alrededor, a tus amigos; tratás de disimular, pero no te das cuenta de que él sabe que al mismo tiempo no sabés si agarrarlo, abrazarlo y darle un beso, o salir corriendo al lugar más cercano para poder encerrarte y gritar muy fuerte que lo odiás con cada parte de tu ser.
Y en el momento en que se va, o que vos te alejás, después de darte cuenta que te hace bien, que lo extrañás, que te destruye pero lo necesitás, en el momento en que lo ves partir otra vez, sentís de nuevo que el corazón se te desboca, y que lo único que querés hacer es llorar. Lo ves como se aleja sin mirar atrás, sabiendo que esos segundos al lado tuyo ni siquiera marcaron una diferencia en su día, cuando vos por poco no te desmayás. Querés ir corriendo atrás de él, pero no podés. Él no quiere verte de nuevo, él puede dejarte ir. ¿Y entonces por qué vos no podés? ¿Por qué no podés dejar atrás todo? Y te preguntás.. ¿por qué ahora? Si no me dolía estar sin él. ¿De dónde salió tanto dolor?
Patéticamente te das cuenta, otra vez, que no importa cuanto creas que lo olvidaste, no importa cuánto esfuerzo hagas para desterrarlo de tu mente, él jamás va a salir de tu corazón. Te das cuenta que inútilmente te mentiste otra vez, que ignoraste lo que sentías y que no te dabas cuenta que tu corazón estaba partido a la mitad. Hiciste "la vista gorda" y buscaste soluciones donde no las había. Y besaste mil bocas más, corriste a otros brazos desesperada; tonto de tu parte creer que otro amor podría alejar su recuerdo. Está clavado en tu piel y en tu respiración, y va a seguir ahí hasta que no aceptes la realidad, hasta que no comprendas que sus caminos están separados, que ya no sos parte de su vida y que no lo vas a volver a ser. No importa cuánto hagas, nunca te querrá como lo hiciste tú.